Avaricia es una palabra que proviene del latín aveo, o ansiar ardientemente. Es un deseo ardiente y amor desordenado por atesorar riquezas. Este amor a la riqueza puede consistir en el aprovechamiento de ellas para el propio beneficio o bien en el deseo desmedido de amontonarlas por que si, con avaricia, más allá de lo requerido para la supervivencia.
La avaricia es una pasión desviada o desordenada que lleva al sujeto a beneficiarse aún en desmedro del prójimo, sin tener en cuenta su perjuicio.
Se trata de un trastorno moral, producto de lo que el ser humano guarda y cultiva en su corazón. Cuando hay avaricia, el egoísmo, falta de solidaridad y desinterés por la necesidad ajena conducen al hombre a enriquecerse y a tener ansias por enriquecerse más cada vez, a expensas de la indigencia ajena si fuere necesario.
Para la psicología, la avaricia refiere a un deseo desordenado o perturbación mental que anula la capacidad de reformular dichos deseos a partir de la eliminación de la necesidad.
Erich Fromm, destacado psicoanalista judío alemán, describió la avaricia como “un pozo sin fondo que agota a la persona en interminables esfuerzos por satisfacer la necesidad sin alcanzar nunca la satisfacción“.
A diferencia de la ambición, que tiene un costado positivo, la avaricia es una adicción, un deseo obsesivo y enfermizo que suele estar emparentada con el engaño, el fraude, la traición, la falta de honestidad y de lealtad.
La falta de desprendimiento, la invasión sobre el derecho del otro, el apego excesivo o la retención ilegítima de bienes hablan de un amor exagerado por la riqueza que además suele alejar al hombre de la justicia y la caridad.
La avaricia es una característica de estos tiempos en sociedades capitalistas donde el progreso social está dado por los logros materiales.
Sinónimos de avaricia
avidez, codicia, rapacidad, ambición, ruindad, usura
Antónimos de avaricia
desprendimiento, desinterés, generosidad
